Rodolfo Enrique Neufeld fue por lana y salió trasquilado. Su pretensión de cobrar una indemnización por el trabajo que dijo haber prestado entre 2002 y 2015, y de lunes a viernes de 9 a 13 en el Gimnasio Altos de Urquiza, no sólo terminó rechazada: la Sala VI de la Cámara del Trabajo además consideró que Neufeld había incurrido en una incompatibilidad grave y notificó la situación “a los fines que correspondiere” a la Corte Suprema de Justicia de Tucumán. Ocurre que las vocales María Poliche de Sobre Casas y Beatriz Bisdorff detectaron que el demandante cumplía su función de entrenador en el mismo horario en el que debía estar prestando servicios en Tribunales.
En el presente, el instructor Neufeld es el jefe de los oficiales notificadores de esta capital. A ese cargo llegó después de completar la carrera tribunalicia a una velocidad asombrosa mientras impartía clases en Altos de Urquiza. La ecuación cerró hasta 2015, cuando Neufeld inició un juicio contra el gimnasio y sus propietarios con la intención de cobrar una indemnización de $ 258.522 más intereses. Altos de Urquiza SRL y las demás personas físicas demandadas negaron el vínculo laboral invocado, y dijeron que Neufeld era dependiente del Poder Judicial, y que prestaba servicios allí de 9 a 13 por lo que no podía estar a la misma hora en el gimnasio.
Según la sentencia de la Sala VI, los testigos confirmaron las versiones de las dos partes: que el demandante era personal trainer en el gimnasio y que, en paralelo, tenía el cargo de funcionario judicial. La doble ocupación de Neufeld habría sido vox pópuli.
¿Cómo sobrellevaba esta carga laboral? Poliche de Sobre Casas subrayó que Neufeld había dicho que entraba a las 7 a la Justicia de donde se iba a las 8.30 para ingresar a las 9 al gimnasio y quedarse allí hasta las 13. A esa hora, retomaba sus funciones de notificador: como tal, no estaba obligado a marcar el horario de salida debido a que debía trabajar hasta las 20, según las acordadas de la Corte.
La Sala VI dijo que esta superposición de horarios no sólo no era creíble sino que también resultaba incompatible en virtud de las leyes que rigen la actividad de los agentes estatales. Neufeld ingresó a Tribunales en 2005 a partir de una designación discrecional de la Corte: desde entonces y hasta 2012 se desempeñó como empleado en la Secretaría Administrativa en el horario vespertino de 13 a 19. La Sala VI dijo que no era posible que entrara a las 13 al Palacio de Justicia de esta capital puesto que a esa hora salía del gimnasio sito en 25 de Mayo al 800, es decir, a casi un kilómetro y medio de distancia.
En 2012, Neufeld pasó, promoción mediante, a la Oficina de Oficiales Notificadores. Las camaristas interpretaron, sin embargo, que este cambio agravaba su situación: “puesto que entonces el encargado mayor debía trabajar en el horario matutino, es decir, de 7 a 13. No logra comprenderse cómo podía estar en dos lugares al mismo tiempo”. El tribunal añadió que en julio de 2013 la Corte ascendió a Neufeld a prosecretario y, por ende, este adquirió el estatus de funcionario público. Como tal, debía salir a la calle, pero a practicar actos de notificación. La Sala VI entendió que, entonces, a la incompatibilidad horaria se sumaba otra funcional y que todo configuraba “un grave incumplimiento” que debía ser comunicado a la Corte. Poliche de Sobre Casas incluso observó que un testigo había dicho que en el gimnasio había sanciones para el personal que incurriera en faltas, no como en el Poder Judicial. “Esto supone una afrenta para los miles de empleados judiciales que no trascienden, pero que prestan sus servicios en forma comprometida, responsable y eficiente. Huelga un mayor análisis”, afirmó la jueza.
La Corte había ascendido a Neufeld cinco veces entre 2011 y 2017, y lo confirmó en el cargo actual (secretario judicial “A” con un sueldo básico de $ 48.329) sin siquiera esperar a que se cumpliera el plazo del interinato -un año- que el mismo alto tribunal había establecido.
La confirmación consta en la Acordada 615/17, que fue emitida 23 días antes que la sentencia de la Sala VI con las firmas de los vocales Antonio Gandur (presidente), René Goane, Claudia Sbdar y Daniel Posse (Antonio Estofán estaba de licencia). ¿Qué efectos tiene el fallo sobre el funcionario Neufeld? El alto tribunal ha de resolver si abre un sumario que podría derivar en una sanción disciplinaria.